El amicus curiae, también conocido como “amigo de la Corte”, es un tercero ajeno a un proceso judicial que colabora con un órgano judicial en el análisis de una controversia presentada ante su jurisdicción, a través de la presentación de información relevante sobre consideraciones jurídicas, argumentos técnicos científicos y opiniones que resulten trascendentes para alcanzar una resolución del caso puesto a conocimiento judicial. En el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, la expresión amicus curiae se entiende como “la persona o institución ajena al litigio y al proceso que presenta a la Corte [Interamericana de Derechos Humanos] razonamientos en torno a los hechos contenidos en el sometimiento del caso o formula consideraciones jurídicas sobre la materia del proceso, a través de un documento o de un alegato en audiencia”.